El modelo sanitario español es el novelo del mundo en eficacia según el informe ‘Sistemas de salud: un análisis global’, elaborado por el Servicio de Estudios de Mapfre, que analiza a 180 países y según el cual los sistemas públicos de salud deberán “apoyarse” en coberturas complementarias o privadas para “aliviar la presión” ante el envejecimiento poblacional.
Según el estudio, un sistema sanitario es “más eficaz” si muestra una mayor capacidad para controlar la mortalidad de grupos vulnerables, en referencia a los niños de 0 a 4 años, la mortalidad por morbilidad general causada por enfermedades no transmisibles y para propiciar una mayor supervivencia de la población.
El informe también realiza una comparativa de sistemas sanitarios de once países seleccionados que pueden servir de “referencia” a la hora de diseñar políticas públicas en este ámbito, incluyendo indicadores como el gasto sanitario total respecto del PIB, el gasto per cápita por fuentes de financiación y la penetración de los seguros privados de salud, entre otros. De esta selección España se alza a la tercera posición en término de eficacia, detrás de Japón y Singapur.
En términos de gasto sanitario, el porcentaje en España se situó en torno al 8,8% del PIB en 2017 y la penetración de los seguros privados de salud en ese año fue del 0,7%.
El sistema sanitario español responde al denominado modelo Beveridge de amplia cobertura, si bien los gastos de bolsillo en salud son “relativamente altos” con respecto a otros sistemas, precisó Mapfre a través de un comunicado.
Por su parte, la penetración de los seguros privados voluntarios de salud es menor que en otros países en los que una parte del coste es compartido, “pero se ha mantenido una ligera tendencia ascendente, incluso en los peores momentos de la pasada crisis económica”, según se destaca en el informe que presentaron este lunes en un seminario online el director general del Servicio de Estudios de Mapfre, Manuel Aguilera, el presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS). Luis Mayero, y Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación del Servicio de Estudios.
Aguilera subrayó que el “objetivo último” de contar con una cobertura sanitaria universal “no siempre es conseguir una cobertura gratuita para toda la población residente, sino dirigir una protección especial gratuita o fuertemente subsidiada a aquellos sectores más desprotegidos”.
Igualmente, Ricardo González apeló a que las políticas públicas “se apoyen en los pilares de cobertura complementaria voluntaria de tipo empresarial y privada individual” debido a la “mayor presión” que sufrirán las cuentas públicas conforme avance el envejecimiento poblacional.
Luis Mayero también se centró en los “momentos de gran dificultad” que, a su juicio, atraviesa el sistema público de salud, entre otros factores, debido al envejecimiento de la población, al incremento de la cronicidad, la constante aportación y necesidad de incorporación y renovación de la tecnología más avanzada, la utilización de los tratamientos más vanguardistas, además de la propia rigidez del sistema y la necesidad de disponer de un número suficiente de profesionales sanitarios “motivados y con los mejores índices de pericia, conocimiento y experiencia”.