Las muertes prematuras asociadas a la contaminación atmosférica se reducirán un 25% al final de la próxima década gracias a las medidas recogidas en el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, aprobado este viernes por el Consejo de Ministros y que el Gobierno enviará a la Comisión Europea para que haga las consideraciones que crea convenientes antes de que vea la luz definitivamente con el Ejecutivo que salga de las elecciones generales del próximo 28 de abril.
Ésa es la previsión del Gobierno a través del borrador del Plan, que inicia ahora un periodo de información pública para que los interesados puedan hacer aportaciones y define los objetivos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la incorporación de energías renovables y medidas de eficiencia energética, entre otras cuestiones.
Este instrumento forma parte del paquete de enegía y clima aprobado por el Consejo de Ministros, junto con el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y la Estrategia de Transición Justa.
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, señaló en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que ese paquete es «una combinación de anhelo y realidad» que se alinea con los compromisos adquiridos por España con la UE.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicó en esa misma rueda de prensa que el paquete de energía y clima es «ambicioso y equilibrado», y tiene como finalidad «mejorar la calidad de vida de los ciudadanos» y «facilitar la modernización de nuestra economía» al ofrecer oportunidades de negocio y empleos.
El Ministerio para la Transición Ecológica ha trabajado en el Plan durante los últimos ocho meses y ha empleado seis modelos matemáticos internacionales con más de 1.000 variables para diseñar una hoja de ruta con el fin último de que la economía española sea neutra en emisiones de gases de efecto invernadero en 2050.
Los principales objetivos son una reducción del 21% de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990 (España estaba 18 puntos porcentuales por encima en 2017), un 42% de energías renovables sobre el uso de energía final (con un 74% de renovables en la generación eléctrica) y un 39,6% de eficiencia energética.
Las medidas recogidas en el Plan supondrían la generación de entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos (de 102.000 a 182.000 en energías renovables) y la movilización de unos 236.000 millones de euros entre 2012 y 2030 (el 80% procedentes del sector privado).
MENOS EMISIONES
Además, España pasaría de los 340,2 millones de toneladas de CO2 equivalente emitidos en 2017 a 226 millones en 2030, por lo que las emisiones se reducirían un tercio al final de la próxima década.
En el caso de los denominados sectores difusos (vivienda, transporte, agricultura, residuos, gases fluorados e industria no sujeta al comercio de emisiones), la reducción de emisiones sería del 38% respecto a 2005, en tanto que los sectores sujetos al comercio de emisión verían rebajadas sus emisiones en 60% en relación a 2005.
La generación eléctrica será el que más reduzca su nivel de emisiones (44 millones de toneladas de CO2 equivalente entre 2021 y 2030), seguida del transporte (28 millones, cuando fue responsable de un 26% de las emisiones en 2017).
El descenso de esas emisones implicaría menos contaminantes primarios que afectan a la calidad del aire. En concreto, las emisiones de partículas PM2.5 -las más perjudiciales para la salud– bajarían un 31% y las de dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) -principales contaminantes para la formación de PM2.5- descenderían en un 44% y en un 29%, respectivamente.
El Gobierno cuantifica los beneficios para la salud de las medidas del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima en 2.222 muertes prematuras menos en 2030 debido a la contaminación del aire, al pasar de 8.951 en un escenario normal a 6.729, lo que supondría una bajada del 25%.