El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Martí, sostuvo este miércoles que en la actualidad “el mayor riesgo para las centrales europeas no es que ocurra un nuevo Fukushima, es que se produzca un ataque terrorista”.
Así se expresó Martí en una comparecencia en la Comisión para la Transición Ecológica del Congreso de los Diputados para presentar el informe sobre la actividad del CSN en 2017, que se ha celebrado a pocos días de terminar su mandato. Tras asegurar que “todas las instalaciones nucleares y radioactivas de España funcionaron de forma segura en 2017”, Martí destacó que un “hito importantísimo” logrado durante su mandato ha sido que se hayan incorporado agentes de la Guardia Civil a las instalaciones de las centrales.
“Es un éxito del Pleno que la Guardia Civil esté en las centrales nucleares para prevenir cualquier acción terrorista porque este es el riesgo más importante que tienen las centrales españolas”, reiteró. A este respecto, reveló que se produjo una gran preocupación en toda Europa hace unos años cuando se supo que cuatro técnicos de centrales nucleares belgas se habían pasado al Estado Islámico.
Además, Martí destacó que se ha hecho un gran esfuerzo ya que mantener este servicio de vigilancia de la Guardia Civil cuesta a cada central una media de tres millones de euros anuales.
En cuanto al balance, explicó que el CSN realizó 132 inspecciones durante 2017, dos más de las programadas. Asimismo, indicó que las centrales notificaron 44 sucesos, 43 de nivel cero en la escala INES y uno de nivel 1. Durante ese año, el CSN realizó cuatro apercibimientos a las centrales de Ascó, Trillo, Vandellós y Santa María de Garoña y abrió un expediente a Vandellós.