La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzga a partir de este lunes a Raúl Conejero, acusado de estafar a 349 parejas a las que cobró por la conservación del cordón umbilical de sus bebés, una operación que nunca realizó. La Fiscalía solicita para él una pena de nueve años de prisión y el pago de indemnizaciones de entre 1.000 y 3.000 euros a los afectados.
Conejero, que ha reconocido los hechos, no hizo llegar al material biológico de los bebés a la empresa que supuestamente se encargaba de la conservación. El hombre captaba a las parejas que estaban interesadas en conservar criogenizada la sangre del cordón umbilical de sus bebés para tenerlo como reserva de células madre y poder tratar futuras enfermedades sensibles a curación por ese medio.
Su oferta resultaba creíble gracias a que había trabajado como agente comercial de una empresa que se dedicaba a conservar muestras biológicas en Valencia, Murcia y Castilla-La Mancha. Pese a haber sido despedido, se seguía presentando con la credencial de la empresa. Conejero fue detenido en 2012 y en ese momento se le requisó material biológico que transportaba en su coche.
El contacto con las familias se hacía a través de los servicios de Ginecología de los hospitales, donde daba charlas dirigidas a mujeres embarazadas sobre las ventajas de la conservación de células madre del cordón umbilical. Su propuesta incluía la recogida de muestras y su posterior envío a un laboratorio de Alemania (MLB) donde se conservaba congelado este material, que tenía un número de referencia que facilitaba a las familias.
El acusado creó varias empresas (Representaciones Biomédicas Levante SL, Instituto Celular y Criocell) a través de las cuales comenzó a comercializar sus servicios fraudulentos, que se referenciaban a laboratorios inexistentes o a otros reales a los que nunca envío el material biológico y que se tramitaban con firmas falsas de médicos. Por esos servicios cobraba a los padres entre 1.800 y 2.200 euros.