El Tribunal Supremo no suspenderá la celebración del juicio contra una docena de líderes independentistas catalanes por la convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril, anunciada este viernes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
No hay ninguna disposición legal que establezca salvaguarda alguna en caso de disolución de las Cámaras y convocatoria de elecciones, por lo que todos los procedimientos judiciales pueden seguir su curso. En este caso, las fuentes jurídicas consultadas insisten en que la celebración de los comicios generales o la campaña previa no son motivo para suspender un juicio.
Según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, las causas de suspensión de una vista oral son la enfermedad que afecte tanto a alguno de los acusados como a los representantes legales de las partes, la ausencia de algún testigo esencial para esclarecer los hechos o la práctica de nuevas diligencias. Nada dice de una posible suspensión en caso de convocatoria electoral.
Aunque el tribunal juzgador tiene la potestad de acordar la suspensión temporal de la vista, en este caso en el que los que se sientan en el banquillo son todos personajes con trascendencia política consideran que tanto la continuidad del juicio como la suspensión podría tener efectos en la campaña.
Según explicó el presidente del CGPJ y el Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, en un encuentro con los periodistas que iban a cubrir la información del juicio del ‘procés’ antes de su arranque, los jueces aplicarán en todo caso el criterio de “prudencia”, que deberán conjugar con la voluntad de agilizar en todo lo posible la celebración del juicio.
En ocasiones anteriores y cuando las causas afectan a políticos o partidos, los jueces han aplazado citaciones a políticos o sentencias que pudieran afectarles hasta después de la celebración de los comicios.
En el caso de la vista contra los organizadores del 1-O, se prevé que sea un juicio largo en el que, además de las declaraciones de los 12 acusados, tendrán que comparecer más de 500 testigos, por lo que no se espera una sentencia hasta el verano.