Un recién nacido llegó al mundo con un peso de tan solo 600 gramos. Hanna Rose, su madre, dio a luz al pequeño en la semana 23 de embarazo y el neonato se mantuvo milagrosamente con vida conectado a una máquina.
En el momento del alumbramiento, los médicos no fueron muy optimistas y prepararon a sus padres para lo peor. El pequeño tuvo que recibir tratamiento por haber contraído meningitis y sepsis, además de recibir hasta 20 transfusiones de sangre.
El bebé acaba de cumplir nueve meses de vida y se encuentra en casa con sus padres. Los progenitores han iniciado una campaña en ‘GoFundMe’ para seguir costeando los tratamientos del pequeño.