Un feto de 24 semanas fue extraído del vientre de su madre para que los médicos le sometieran a una intervención quirúrgica después de que unas radiografías revelasen que padecía espina bífida.
Los responsables de la operación fueron cirujanos del University College London, del Great Ormond Street Hospital, en colaboración con especialistas belgas.
Una vez fue intervenido, los médicos volvieron a introducir al feto en el interior del cuerpo de su madre. Tal y como informa ‘The Independent‘, la operación fue realizada con éxito, y ahora esperan que el bebé nazca en abril.
Una de las enfermeras que participaron en la operación asegura que «el 80 % de los padres» que conocen que su bebé padece esta afección no continúan con el embarazo.
Las consecuencias de nacer con espina bífida pueden dejar a las personas con graves dificultades a la hora de caminar e incluso provocar una parálisis permanente.