La nueva ley de País Vasco para espectáculos públicos prohíbe diferencias en el precio de entrada por criterios como lugar de nacimiento, raza, sexo, religión, orientación sexual, opinión o discapacidad.
Con esta medida el gobierno vasco quiere eliminar el uso de las mujeres como reclamo para llenar los locales. Además, también impedirá los «vetos» a homosexuales o personas de origen africano, como ya había ocurrido en algunos bares o discotecas.
El nuevo reglamento también ha establecido nuevas normas para los porteros de discoteca, que tendrán que sacarse un título de «personal de servicio de admisión» para desempeñar su puesto.
Esta nueva figura tendrá funciones distintas a las de los vigilantes de seguridad, tendrán que controlar el acceso y la compra de entradas e impedir que entren menores o que se supere el aforo. Si detectan algún problema, tendrán que informar al personal de seguridad (que será obligatorio en eventos con más de 700 asistentes), pero en ningún caso podrán actuar por su cuenta.
El Gobierno exigirá a los porteros que pasen por un examen con pruebas teóricas, prácticas y psicotécnicas para evaluar si son aptos para el puesto y tendrán que estar informados de la normativa básica sobre espectáculos públicos, además de estar identificados en todo momento.
La nueva regulación también afectará a la venta de entradas por internet, que solo admitirá suplementos en el precio del 20% de la tarifa. El incremento debe hacerse con la autorización de la de Dirección de Juego y Espectáculos, para evitar la inseguridad y la reventa de entradas.