Tras un largo recorrido en el mundo de la moda, decidió colaborar con el proyecto de Lady Isabel, quien presentará su próxima colección el 15 de febrero en el desfile Inclusión y Moda. Vidas Insuperables, medio colaborador del evento, les cuenta la historia del diseñador Antonio Ramos.
Su vocación por ayudar a los demás, llevó a Antonio Ramos a licenciarse en enfermería. A pesar de terminar sus estudios como enfermero, nunca llegó a ejercer como tal. En los años 80, una amiga le planteó la idea de apuntarse a un curso de corte y confección. Sin saberlo entonces, esta decisión le cambió la vida y empezó a interesarse mucho por el mundo de la moda.
“En las tardes de los años 80 nos metimos a hacer corte y confección un poco en plan de broma. Allí aprendí, me interesé, y me empezó a gustar. A raíz de esto me fui involucrando cada vez más en el mundo de la moda. Como en aquella época no había Internet, toda la documentación que conseguía era con libros que pedía fuera o que compraba en Londres o en París”.
Desde entonces Ramos no ha dejado de trabajar en el mundo de la moda y ahora colabora con Lady Isabel a través de la Asociación Crea y Crece. Sin embargo, sus primeros trabajos junto a personas con Síndrome de Down comenzaron mucho antes. Con 20 años se apuntó de monitor en un campamento de verano para niños con discapacidad.
“A los 20 años tuve contacto con niños que tenían Síndrome de Down, autismo, discapacidades físicas y cualquier otra discapacidad. Yo no sabía lo que era un niño con Síndrome de Down porque venía de un pueblo de Salamanca, pero me gustaron tanto y me parecieron tan especiales, que repetí al año siguiente. Iba a los campamentos porque me gustaba ayudar”.
Sin embargo, su trabajo con personas con Síndrome de Down ha ido mucho más allá desde que conoció a Isabel hace cinco años. “Conocí a Isabel a través de un amigo que me planteó la posibilidad de colaborar entrando en contacto con su madre, Aurora. Cuando me envió alguno de sus diseños me llamó mucho la atención el colorido, su forma de pintar, su osadía a la hora de combinar formas y colores, su conocimiento intuitivo de tendencias”.
Aurora le propuso formar parte de la Asociación Crea y Crece y empezaron a realizar 3 ó 4 prototipos. Madre e hija quedaron encantadas con el trabajo, y Antonio decidió seguir trabajando junto a ellas hasta alcanzar los más de 50 modelos realizados que tienen en conjunto por ahora.
“Me apasionó Isabel”
“A mí me apasionó Isabel. Me cautivó de tal forma que siempre quería hacer algún vestido más. Y empezamos a hacer desfiles y a aparecer en los medios, en prensa, en redes sociales, en televisión, etc. Y aquello fue creciendo. Había que darle más calidad a los vestidos, más credibilidad al proyecto de Isabel, que consistía en vivir de sus diseños y hacer realidad su sueño”.
Juntos han encontrado una fórmula de trabajo que funciona gracias a las nuevas tecnologías, en la que parten de los diseños de Isabel, para después combinar sus habilidades y capacidades saltando no solo la barrera de la discapacidad, sino también la de la distancia geográfica.
“Ella me pasaba los prototipos y yo se los iba ejecutando aquí en Madrid. A través del teléfono y por mensajes, íbamos haciendo intercambios de las ideas que tenía Isabel, y de lo que se podía o no se podía llevar a cabo. Porque a veces quería cosas que no eran factibles, por tipo de tejidos, por hechuras. Hacíamos una preselección de todos los dibujos que hacía en sus cuadernos, y ella me aprobaba o me echaba para atrás los diseños”.
Desde la Asociación Crea y Crece pretenden demostrar, a través de la moda, que una persona con una discapacidad puede tener su propio trabajo, su propia empresa. “Estamos intentando reivindicar que alguien con Síndrome de Down pueda ser diseñadora en España, al igual que ya hay una diseñadora en Sudamérica. O por ejemplo, que Marián Ávila pueda ser modelo y hacer pasarelas incluso en Nueva York, como ya ha hecho”.
“Isabel tiene claro que ella es una persona normal, que ve las cosas de una forma diferente. Las ve con una maravillosa nobleza, y las sensaciones y los coloridos que ella tiene en la cabeza necesitan ser plasmadas. Y yo he podido ayudarle en esto, y hemos trabajado juntos para que ella llegue donde ya ha llegado, y esperemos que llegue aún más lejos”.
Desfile “Inclusión y Moda”
En este contexto, la Asociación Crea y Crece y la Agencia Claudia Modelos, en colaboración con Vidas Insuperables, organizan el 15 de febrero, en el Hotel Puerta América de Madrid, el desfile Inclusión y Moda, del que Vidas Insuperables es Medio Colaborador y un punto de inflexión en la forma de entender las pasarelas.
Ramos asegura que los vestidos que se verán en el desfile son indescriptibles, e invita a todo el mundo a acudir allí para poder disfrutar de la creatividad de Isabel. “Los diseños son mucho color. Algunos son muy sofisticados, otros son más sencillos. Hay muchos colores, líneas, curvas, pasteles, cucuruchos, poemas incrustados. Es muy complejo de describir, hay que verlo porque cada vestido tiene su historia”.
Para el diseñador, trabajar con personas con síndrome de Down, y en concreto con Isabel, ha supuesto una gran satisfacción personal. “Tienen una gran riqueza emocional y creativa. No les veo como personas con discapacidad y creo que para los demás tampoco deberían serlo. Isabel tiene mucho talento, no solo para el diseño, sino también en otros muchos campos y para mí es un ejemplo a seguir. Me ha enriquecido mucho, y me hace muy feliz poder realizar algo que ella ha llevado en la cabeza, y ver su cara de satisfacción cuando ve terminado un vestido que había plasmado en un papel”.
Por último, anima a todos los padres a motivar a sus hijos y apoyarles para hacer lo que les guste, porque “todos tenemos alguna habilidad. Ellos también la tienen, solo hay que buscar las herramientas para que la puedan desarrollar”.