Un avión de Vueling despegó de Barcelona con destino a Vigo pero el temporal de lluvia y viento que asolaba Galicia les obligó a abortar el aterrizaje. La aeronave regresó al aeropuerto catalán y de ahí se dirigió a Santiago, donde por fin pudo tomar tierra.
Las malas condiciones meteorológicas en toda las terminales gallegas obligaron al piloto a regresar a Barcelona, pero cuando decididieron volver a levantar el vuelo se encontró con que el aeropuerto de Vigo ya había cerrado.
El avión se dirigió entonces a Santiago, donde aterrizó con cuatro horas de retraso, en torno a la 01:30 de la madrugada, a las que hay que sumar los 60 minutos extra que duró el transporte por carretera hasta Vigo.
El temporal también afectó a los viajeros que salían desde Peinador a Barcelona, para lo que tuvieron que ser llevados en autobús a Lavacolla.
Y no fueron los únicos vuelos en sufrir el temporal. El avión de Binter, procedente de Gran Canaria, también tuvo que abortar su aterrizaje en Vigo y desviarse a Santiago.