El 65,1% de los jóvenes españoles de entre 16 y 34 años no se ha emancipado y sigue viviendo en el hogar familiar, cifra un 7% superior a la registrada hace 10 años. La caída en la tasa de emancipación es más intensa en la población de entre 20 y 29 años como consecuencia de la crisis económica.
Así se desprende del informe ‘La emancipación de los jóvenes en España’ publicado por Fundación BBVA dentro de la serie mensual ‘Esenciales’, lanzada por el banco junto al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y cuyos resultados se conocieron este jueves.
El estudio también desvela que en la decisión de emanciparse o no influyen factores relacionados con el mercado de trabajo, el nivel de formación o las condiciones de acceso a una vivienda, además de factores culturales.
La tasa de emancipación de los jóvenes con un contrato indefinido asciende al 62%, frente al 36,8% que se registra en el colectivo de jóvenes con contrato temporal.
En cuanto al nivel de formación, la continuación de los estudios también puede retrasar la salida del hogar familiar, como demostraría, según BBVA, que solo el 8% de jóvenes que cursa formación reglada vive de forma independiente.
Sin embargo, la tasa de emancipación de los jóvenes que han alcanzado como máximo los estudios obligatorios o de FP de Grado Medio es del 31,6% y del 40,2%, respectivamente, mayor que la de aquellos con estudios de Bachillerato.
Según el informe, que recoge datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, el gasto de vivienda representa más del 30% del gasto total de los hogares españoles formados por jóvenes, lo que equivale a casi 8.000 euros de media por hogar en 2017, aunque el gasto difiere entre los 9.000 euros en el caso de tener vivienda en propiedad y los 7.201 euros si la vivienda es alquilada o cedida por algún familiar.
A este respecto, en 2017 casi el 60% de los hogares de los jóvenes era vivienda en régimen de alquiler o cedida por algún familiar, mientras que hace una década el 60,5% se inclinaba por adquirir una vivienda en propiedad.
El estudio concluye que, si bien los factores culturales pueden influir en el retraso de la edad de emancipación, son las oportunidades laborales, la calidad del empleo, la formación y las posibilidades de acceso al mercado de la vivienda las variables que “juegan un papel importante” en la decisión de los jóvenes de abandonar o no el hogar familiar.
Por estas razones, BBVA aboga por dirigir políticas públicas a fomentar la formación de los jóvenes, favorecer su inserción laboral y potenciar la calidad del empleo juvenil, con el fin de favorecer una “mayor independencia residencial y económica”, junto a medidas y actuaciones que mejoren el acceso a una vivienda en régimen de alquiler o en propiedad.