La agencia de calificación Fitch elevó este miércoles el rating a largo plazo de Bankia, de ‘BBB-‘ a ‘BBB’, y cambió la perspectiva sobre la entidad desde ‘Positiva’ a ‘Estable’ por, entre otros factores, su «importante» reducción de activos problemáticos».
Según informó hoy a la CNMV el grupo que dirige José Ignacio Goirigolzarri, la agencia ha subido igualmente la nota de la matriz BFA Tenedora de Acciones desde ‘BB+’ a ‘BBB-‘ con perspectiva ‘estable’, ha mejorado la nota a las emisiones subordinadas y de deuda senior y «non-preferred» de Bankia.
La entidad se desembarazó de 6.000 millones de euros en activos improductivos en distintas operaciones, bajando así su exposición desde los 16.900 a 10.900 millones de euros; y logrando unas ventas que más que duplica su objetivo de bajar la exposición en 2.900 millones al año.
Así su morosidad cayó durante el ejercicio del 8,9 a 6,5%, al tiempo que reforzó el ratio de capital de máxima calidad y más exigente CET1 fully loaded en 56 puntos básicos y lo situó en el 12,51%.
A juicio de los analistas de Fitch, la mejora en la nota refleja que se trata de una franquicia fortalecida tras la integración con BMN, que mantiene un capital robusto post-fusión, una financiación y liquidez adecuadas, y un record en la gestión de integraciones, como demuestra una acelerada fusión de BMN, realizada sin incidencias.
La firma de calificación ve «alcanzable» que continúe con esa meta de reducir la exposición dañada a un ritmo de 2.900 millones al año como prevé en el plan estratégico 2018-20 dada la capacidad demostrada y con la mejora de la economía, y subraya como uno de los mayores desafíos el reto de equilibrar el mix de negocio y mejorar la rentabilidad.
En relación al capital, la firma subraya que mantiene colchones «satisfactorios sobre los requerimientos regulatorios mínimos” ya que su ratio CET1 FL acabó el pasado año en el 12,6% frente al 9,25% exigido por los requerimientos regulatorios (SREP) para el ejercicio.
Por otro lado valora que la rentabilidad del banco “está mejorando gradualmente”, gracias al empuje de su actividad comercial en los segmentos más rentables de negocio, como son los de consumo y pymes, y en las comisiones del negocio de activos bajo gestión; aunque precisa que continúa aún «constreñida”.
Sobre la rentabilidad pesa, según señala, el todavía tibio crecimiento del crédito neto, un volumen elevado de hipotecas poco rentables en su cartera de financiación y un portfolio elevado de los bonos muy poco rentables con los que la Sareb le pagó los inmuebles y los créditos transferidos en su día al banco malo.
A pesar del escenario de tipos bajos, confía que dicha rentabilidad «se mantenga estable o incluso mejore moderadamente” por un mejor mix de negocios, sinergias de costes asociadas a BMN, un crecimiento del negocio de comisiones y bajas provisiones.
A futuro, Fitch reconoce que su calificación podría subir por una mejoría en las métricas de la calidad de activos, que resulte en una menor vulnerabilidad del capital a activos problemáticos netos, y a mayores evidencias de una mejora en la rentabilidad, siempre que mantenga tasas de capital sólidas.