La gestión de Calvo sobre la cuestión catalana despierta recelos en el Ejecutivo

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, está liderando la gestión política del diálogo con las autoridades catalanas de una manera que está despertando recelos entre los miembros del propio Gabinete y del Gobierno.

La actuación “acaparadora” que algunos ven, según varias fuentes gubernamentales consultadas por Servimedia, en la acción que Calvo se escenifica en que esté siendo públicamente la única que tiene interlocución con el gobierno catalán.

Desde Moncloa remarcan que se valora “positivamente” el trabajo que está realizando la vicepresidenta, al frente de la “dirección y coordinación” de los contactos con la Generalitat, que cumple por encargo del presidente. “El respaldo a la labor de la vicepresidenta es absoluto en La Moncloa”, asegura.

Miembros del Gabinete que preside Pedro Sánchez avalan que Calvo está coordinando este cometido porque así ya lo “hacía” también cuando estaba en el PSOE en la oposición, pero entienden que está yendo “más allá” al erigirse como la “única” voz en esta cuestión.

En este contexto enmarcan que se esté publicitando las reuniones “discretas” y “secretas”, ironizan algunas fuentes del Ejecutivo, que mantiene Calvo con el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, tras la cita en Pedralbes de Pedro Sánchez y Quim Torra.

Señalan que estos encuentros -que siguen sin aparecer en la agenda pública del Gobierno– ya se producían con cierta “regularidad”, al igual que conversaciones por teléfono, pero que no trascendían como lo hacen ahora frente al freno en otras iniciativas.

Fuentes gubernamentales, algunas del Gabinete de Sánchez con o sin carné socialista comentan que Calvo se queda el “rédito” de la cuestión mientras son otros los Ministerios que “trabajan y preparan los papeles”.

La “valía” y el basto conocimiento jurídico y político que le reconocen a Calvo no aplaca que cuestionen que “quiere todo para ella” y no deje juego político para otros ministros que también lidian en esta cuestión tanto a nivel social, de partidos y gubernamental.

Sostienen que es “tan intensa” la vicepresidenta en liderar la gestión y en ser la única que medie, que algunos creen que en las largas conversaciones y reuniones que tiene con interlocutores catalanes terminará por “convencerlos” y que éstos cejarán en su actitud “por agotamiento”.

Comparan la acción de Calvo con la que lideró la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en la pasada legislatura, pero remarcan fuentes consultadas que no es la misma situación porque en este caso hay también otros ministros “muy implicados” en potenciar ese contacto y lograr la generación de “confianza” entre las dos partes.

Al inicio de la legislatura, tras la cita de Sánchez y Torra en el Palacio de la Moncloa, desde el Ejecutivo se ponían en valor reuniones de otros ministros como la Comisión Bilateral Estado-Generalitat en la que participa Meritxell Batet, ministra catalana y titular de la cuestión autonómica; así como la comisión de infraestructuras que atañe al Departamento que encabeza José Luis Ábalos.

Con este mar de fondo, en el PSOE y el Gobierno justifican que salgan algunas informaciones sobre la posibilidad de que Calvo vaya a salir del Ejecutivo para encabezar la lista socialista al Parlamento europeo en las próximas elecciones del 26 de mayo.

Pero en Moncloa restan importancia a esos comentarios y, según fuentes consultadas por Servimedia, Calvo cuenta “como no podía ser de otra manera” con el total respaldo del presidente, pese a que llegan a reconocer que la forma de actuar de la vicepresidenta podría provocar estas situaciones. Además, dicen, la ‘número dos’ del Ejecutivo tiene va informando a Sánchez de todo lo que respecta a Cataluña.

Además, fuentes de la dirección socialista aseguran que “no, nunca” se baraja la opción de que Calvo vaya a dejar el Ejecutivo para liderar una candidatura electoral.