Lázaro Alves, uno de los mineros que ha trabajado en el rescate de Julen entró a trabajar en la unidad de salvamento minero por un poderoso motivo: la unidad sacó el cadáver de su padre, también minero, del desastre del pozo Nicolás, en Mieres (Asturias), donde fallecieron 14 trabajadores por una explosión de gas.
El suceso marcó de por vida a Alves que acabó entrando en el equipo, según ‘laSexta’.