Joaquím Forn, exconsejero de la Generalitat de Cataluña en prisión preventiva por el proceso independentista, anunció este miércoles que encabezará una candidatura a la Alcaldía de Barcelona en las próximas elecciones municipales de mayo para dar continuidad al proyecto liderado en su día por Xavier Trías.
En una carta abierta publicada en las redes sociales, Forn explica que se trata de una decisión “rumiada” en la celda, después de más de catorce meses en prisión preventiva, en vísperas de que se inicie el juicio por unos delitos “de los que se me acusa injustamente” y que afronta convencido de su inocencia y de la oportunidad para “hacer prevalecer la dignidad y la coherencia por encima del sinsentido de la represión y del escarnio al que se han sometido las costuras del Estado de Derecho”.
Reconoce que su condición personal “no es irrelevante” pero la decisión trasciende esa coyuntura, y que se presenta porque tiene a Barcelona “en la cabeza y en el corazón”, la conoce como gran ciudad que debe garantizar el bienestar de su gente al tiempo que preserva sus atributos y sus peculiaridades. Recuerda, en ese sentido, que ha sido primer teniente de alcalde con responsabilidad directa sobre la seguridad pública y la movilidad.
Sabe, asegura, que la ciudad “es y debe ser de todos” y que Barcelona “no es amiga de sectarismos de ningún tipo”. Explica que quiere ser “motor del cambio en la reversión del modelo al que Barcelona está sometida desde las últimas elecciones municipales”, y encabezar un proyecto integrador que sitúe “la capital del país” como eje principal de su acción , dando continuidad al proyecto de Trías.
Se presenta también, dice, porque tiene derecho a hacerlo, y porque dar por hecho que se le arrebatan sus derechos políticos, juntamente con la libertad, “sería aceptar y dar por buenas las razones de quienes han construido artificialmente la narrativa que me mantiene en prisión”. Proclama que es inocente y que se siente, pese a estar preso, libre y en igualdad de condiciones respecto de las demás personas que deseen concurrir a las elecciones.
Admite que estar encerrado no es ninguna ventaja, “más bien al contrario”, pero sería deshonesto consigo mismo y con su ciudad si aceptara docilmente que eso es suficiente para imposibilitar la puesta en marcha de un proyecto de transformación para Barcelona. En su proyecto, añade, cabe “cualquiera” que asuma que el objetivo es gobernar la ciudad, y que Barcelona “no es un cromo que cambiar ni una variable secundaria de una ecuación múltiple”.
Anuncia que cuenta con el talento, la experiencia y el compromiso de Neus Munté, que fue consejera de Presidencia con Carles Puigdemont, comprometida con la ciudad, “conocedora de su realidad, experimentada en la gestión pública y dispuesta a ponerse al servicio de ese proyecto”.
Su objetivo, reitera, es que Barcelona vuelva a ser un “espacio de convivencia”, capital de Cataluña “y de las libertades”, una ciudad que respete la diferencia, que teja consensos, “que no imponga sino que seduzca, que escuche y no que haga callar”, que entienda el Ayuntamiento como punto de encuentro de todas las visiones de la ciudad y al servicio de todos y cada uno de sus ciudadanos.