El pozo en el que cayó el pequeño Julen, el pasado domingo, no tendría que existir. Según los organismos oficiales, no hay constancia de que existieran los permisos necesarios para llevar a cabo prospecciones de agua en esa zona del municipio de Totalán (Málaga).
Según ‘ABC’, que cita fuentes de la Agencia de Dominio Público Hidráulico y Calidad de las Aguas de la Junta de Andalucía, el agujero de 25 centímetros de perímetro, no está en regla, dado que «la propiedad de la finca tendría que tener permiso (…) para poder sacar aguas subterráneas a la superfice mediante sondeos».
Pero entre las irregularidades que presenta este pozo, se encuentra también el hecho de que no estaba bien sellado, razón por la cual, el niño pudo caer en su interior. El pocero que hizo la prospección y lo tapó ha declarado hasta en dos ocasiones ante la Guardia Civil que lo selló «con una piedra encajada en la boca». Un sellado que no responde al modo en que hay que hacerlo según la «Ley de Aguas» de Andalucía y que exige rellenar el hueco.