La Policía Nacional ha desarticulado una banda que estafó 25 millones de euros a empresas de todo el mundo, para lo cual usaba distintos procedimientos, como cartas nigerianas, cargos fraudulentos en cuentas bancarias de particulares y ataques informáticos.
Según informó la Policía, esta operación ha concluido con la completa desarticulación de esta red y la detención de 10 personas originarias de Nigeria, República Dominicana, Venezuela y España, entre las que se encuentran los máximos responsables de la trama.
Los arrestos se produjeron en las provincias de Toledo (1) y Castellón (1) y el municipio balear de Manacor (8) por los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, intrusión informática, falsificación documental y blanqueo de capitales.
Por otro lado, se han bloqueado 16 cuentas bancarias y -en los registros efectuados en Toledo (1) y Manacor (4)- los agentes se han incautado de siete documentos de identidad españoles falsificados que los detenidos utilizaban para la apertura de las cuentas fraudulentas, así como tres vehículos y numeroso material informático.
CLAVES DE 1.000 EMPRESAS
Los investigadores consideran que la organización habría estafado en España una cantidad superior a los 600.000 euros, cifra que podría verse incrementada con el análisis de todo el material incautado.
Fruto de un primer estudio del material informático incautado, se han detectado listados con datos de contacto de más de 500.000 empresas españolas. Además contaban con cuentas de correo electrónico de 1.000 de estas empresas y con sus claves de acceso.
La investigación se inició cuando los agentes tuvieron noticia de la existencia de varias víctimas de estafas de este tipo en Jerez de la Frontera, en la provincia de Madrid y en la isla de Mallorca. Las pesquisas permitieron determinar que había víctimas de la trama por toda la geografía española, así como que la banda llevaba desempeñando su actividad ilícita desde hacía más de tres años.
El grupo delictivo utilizaba la modalidad conocida como ‘Man in the middle’, consistente en ataques informáticos dirigidos contra empresas con elevados volúmenes de facturación, a las que interceptan sus comunicaciones para desviar el dinero de sus transferencias a una cuenta de la organización abierta con documentación falsa.
Asimismo, mediante el ‘fraude del CEO’ la organización se ponía en contacto con un empleado que tuviese capacidad para acceder a las cuentas de la empresa víctima, haciéndose pasar por su jefe o director para solicitar una operación financiera supuestamente confidencial y urgente. Esto les permitía apropiarse de dinero de la compañía estafada.
(SERVIMEDIA)