La Oficina de Migraciones de Naciones Unidas (IOM) cifra en 2.242 los migrantes que murieron ahogados en el mar Mediterráneo en 2018, un 56% menos que dos años atrás debido a la reducción de los flujos migratorios a Europa.
Esto puede deberse a la reducción de la inmigración en Europa, ya que este año llegaron un total de 140.444 personas, en contraste con los 390.432 de 2016 y los 186.768 contabilizados en 2017.
Fueron 57.250 los inmigrantes que llegaron a España por vía marítima a lo largo del año pasado, el dato más alto de los últimos años, según la última actualización de este organismo que recoge cifras hasta el 26 de diciembre de 2018. Además, sólo entre el 20 y el 26 de diciembre se contabilizaron 770 nuevas llegadas de migrantes a costas españolas.
Mientras que Italia registró 23.206 personas llegadas a través de sus costas y Grecia alrededor de 32.000, España rozó los 60.000 migrantes. En total, hubo 63.755 personas llegadas a España el año pasado, de los que prácticamente el 90% llegaron por mar y sólo 6.505 lo hicieron por vía terrestre.
Es la cifra más alta de los últimos años, ya que en 2017 se registraron 28.707 y, en 2016, poco más de 14.500. El mes en el que hubo más llegadas por mar fue octubre, con más de 11.000 inmigrantes llegados a través de costas españolas. Por el contrario, febrero sólo registró 416 llegadas por vía marítima.
Según los informes de la Oficina de Migraciones de Naciones Unidas consultados por Servimedia, las nacionalidades de los inmigrantes llegados a España son en un 30% países de África subsahariana, seguidos de Marruecos (24%), Guinea Conakry (12%), Mali (11%) o Argelia (7%).
Los principales focos de recepción de inmigrantes son Málaga, Almería, Motril y Algeciras, aunque también se registran desembarcos de personas en los puertos de Melilla, Ceuta, Cartagenas y las Islas Canarias o Barbate y Tarifa.