Joy Nowai, un bebé de un mes, hoy se ha convertido en el primer niño en recibir una vacuna que ha llegado en un dron a su isla, una zona remota en Vanuatu, en el océano Pacífico sur, gracias a la colaboración del Gobierno de Vanuatu y Unicef, que han trabajado juntos.
El dron que llevaba las vacunas salió desde la bahía de Dillon y cruzó cerca de 40 kilómetros de terreno montañoso hasta llegar a la zona oeste de la isla, la bahía de Cook, donde fueron vacunados 13 niños y cinco mujeres embarazadas. Esta pequeña aldea no tiene electricidad, y solo se puede acceder a ella a pie o en pequeños barcos locales.
Las vacunas deben mantener la cadena de frío y, en lugares cálidos como Vanuatu -un conjunto de más de 80 islas remotas y montañosas que se extienden unos 1.300 kilómetros donde no hay casi carreteras- resultan muy difíciles de transportar. Como resultado, el 20% de los niños del país, 1 de cada 5, no ha sido inmunizado contra las enfermedades básicas.