El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha colocado bajo el paraguas de secreto oficial, la boda de su cuñado. Un evento al que asistió en helicóptero oficial a Aldeanueva de Cameros (La Rioja) este verano, y en el que se desplegó multitud de agentes para garantizar su seguridad.
Al considerar dicho viaje como materia clasificada «por razones de seguridad», el Gobierno ha evitado responder a las preguntas que le habían formulado los diputados del PP en el Congreso, Emilio del Río y Mar Cotelo, y en las que según ‘ABC’, pidieron no sólo «datos concretos de los recursos oficiales que se desplegaron en aquella boda, sino también el coste que conllevó a las arcas del Estado»; además instaban al Gobierno a pronunciarse acerca de si veía apropiado «el despliegue de medios oficiales que hubo para un acontecimiento que era «estrictamente privado»».
No es la primera vez que Sánchez recurre a la «Ley de Secretos Oficiales» para evitar cifras sobre lo que gasta. Ya lo hizo cuando «viajó con su mujer y sus hijas en un avión Falcon del Ejército para acudir a Castellón y asistir a un concierto del Festival de Benicassim».