El municipio gerundense de Sils prohibió hace un mes consumir agua de los grifos del pueblo debido a la presencia de un pesticida con elevados índices de metolacloro.
El Consistorio de la localidad emitió un bando para avisar a la población de que no se podía beber agua del grifo. Una prohibición que a día de hoy sigue vigente, tal y como ha informado ‘La Vanguardia‘.
La orden consistorial prohíbe también utilizar el agua para lavar los alimentos o cocinar.
El alcalde de Sils, Martí Nogué, ha tranquilizado a los vecinos al asegurar que “bebida (el agua) esporádicamente, tampoco hace daño”. Además, Nogué también ha matizado que la normativa española “está 100 veces por encima del límite que fija la OMS”.