El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, estableció este jueves que “no puede ser una provocación para ningún ciudadano español que el Gobierno de España se reúna en una ciudad o en otra”, por lo que plantearlo en esos términos “no es un lenguaje aceptable”.
Se pronunció así en el Congreso de los Diputados antes de entrar en la Comisión Mixta para la Unión Europea, donde comparece hoy, acerca del Consejo de Ministros que tendrá lugar el próximo viernes 21 en Barcelona, que algunos sectores independentistas radicales, como los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), han calificado de provocación y preparan una “batalla” callejera de protesta.
“El presidente tiene intención de que el Gobierno se reúna no solamente en Madrid, sino en las grandes capitales de España. ¿Qué tiene eso de malo? Cuando se planteó no hubo ninguna objeción, no recuerdo que nos dijeran nada; ahora resulta que es una provocación”, se quejó el ministro. “No puede ser una provocación para ningún ciudadano español que el Gobierno de España se reúna en una ciudad o en otra. Eso no es un lenguaje aceptable”.
«ACUSACIONES TREMENDAS»
En otro orden de cosas, Borrell se refirió al debate de ayer en el Congreso con motivo de la comparecencia del presidente del Gobierno, y a las “acusaciones tremendas” y “francamente muy injustificadas” que desde su punto de vista vertieron el PP y Ciudadanos “acusando al Gobierno de ser socio de los independentistas”.
“Lo que hemos intentado hacer es rebajar la tensión”, explicó. “Hemos heredado una situación muy tensa, muy conflictiva, muy crispada”. A través de encuentros bilaterales, continuó, “hemos hecho todo lo que hemos podido” para que “volvamos a una situación que permita aborda los problemas reales que afectan a los ciudadanos y que se pueden resolver a través de la cooperación” entre los gobiernos, que, recalcó, “estaba rota”.
“Recomponer una relación entre gobiernos para resolver los problemas que afectan a la gente es algo que tiene que existir por encima de la discrepancia fundamental, que existe y eso no se ha resuelto, acerca de la independencia, los referendos y otras cosas”, justificó, precisando que, a la vez, el Gobierno sigue “haciéndoles ver (a los independentistas) que las pretensiones de un referéndum de sedición, que es como realmente se llama la cosa, no lo va a haber”.