Una zarigüeya australiana con un peculiar color amarillo llegó hasta un veterinario de Melbourne, Australia, tras ser encontrada abandonada en una calle de la citada ciudad de las antípodas.
El particular aspecto del animal se debe a una mutación genética producida por unos bajos niveles de melamina, según informa ‘The Age‘ y el ha valido el apodo de Pikachu por su parecido con el personaje de Pokemon.
Sin embargo, su color también podría condenar al animal a una vida en cautiverio. Los expertos aseguran que sería un blanco fácil para otros depredadores y no tendría ninguna posibilidad de vivir en libertad.
“Uno de los problemas de su inusual color, particularmente si son pálidos, es que este es un animal nocturno, y si son pálidos se vuelve obvios para los depredadores como los búhos”, señaló el Dr. Kath Handasyde de la Universidad de Melbourne al citado medio.