Los microorganismos que causan la malaria, la leishmaniosis y otras enfermedades actuales se remontan a al menos hace 100 millones de años, en plena época de los dinosaurios, según un estudio realizado por un entomólogo estadounidense sobre insectos y garrapatas que se conservan en ámbar de cinco regiones diferentes.
George Poinar, del Departamento de Biología Integrativa de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos), ha publicado un artículo en la revista ‘Historical Biology’ tras estudiar artrópodos incrustados en piezas procedentes de Canadá, México, Myanmar, República Dominicana y la región báltica.
El hallazgo de este investigador es notable porque organismos que chupan la sangre como mosquitos, pulgas, tábanos y garrapatas no se encuentran con frecuencia en ámbar, y porque se trata de artrópodos hematófagos portadores de patógenos y parásitos identificables y preservados.
“La alimentación con sangre de vertebrados evolucionó como una forma eficiente para que ciertos insectos y ácaros obtengan proteínas para el crecimiento y la reproducción”, apunta Poinar, experto internacional en formas de vida animal y vegetal que se encuentran preservadas en ámbar.
Poinar considera “probable” que mosquitos primitivos y otros vectores artrópodos estuvieran presentes en el Jurásico e incluso estuvieran transmitiendo patógenos en ese periodo. “Esto habría dado como resultado enfermedades muy disperas, muchas de las cuales fueron fatales para los vertebrados cuando aparecieron por primera vez”, agrega.
Este entomólogo observó insectos y garrapatas chupadores de sangre encerrados en ámbar dominicano, mexicano, báltico, canadiense y birmano que datan de 15 millones a 100 millones de años.
Entre los vectores había mosquitos, tábanos, moscas murciélago, pulgas y garrapatas, que llevaban una abundancia de microorganismos que en la actualidad causan enfermedades como la filariasis, la enfermedad del sueño, la ceguera de los ríos, el tifus, la enfermedad de Lyme y, quizá lo más importante, la malaria.
SALUD PÚBLICA
Actualmente, la malaria es una preocupación importante de SALUD PÚBLICA, ya que varias naciones han notificado este año un aumento en las infecciones. Por ejemplo, Venezuela ha detectado más de 650.000 nuevos casos sólo en 2018.
«Numerosas especies de malaria parasitan a los vertebrados hoy y ahora sabemos que en los últimos 100 millones de años la malaria fue transmitida por mosquitos, moscas murciélago y garrapatas», apunta Poinar.
Este investigador subraya, sin embargo, que su investigación muestra qué parásitos y patógenos podrían haber transmitido esos artrópodos en determinados periodos y lugares del pasado, pero los ámbares no son lo suficientemente antiguos como para inferir “cuándo y cómo se originaron las asociaciones entre vectores, patógenos y vertebrados».
Poinar cree que los microorganismos primero infectaron a los artrópodos chupadores de sangre y, sólo después de que se alcanzaron los equilibrios entre ellos, los microorganismos se vectorizaron a los vertebrados. «Ese tema ha sido y seguirá siendo objeto de discusión en los próximos años», concluye.