El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha condenado la colocación de la bandera de Falange sobre la Patrona de la ciudad, la Virgen del Pilar. En un mensaje en ‘Twitter’ asegura que “es una vergüenza y una falta muy grave a la sensibilidad y creencias de miles de vecinos y vecinas de esta ciudad que rechazan de pleno el Fascismo».
A la Virgen del Pilar le han colocado la bandera de la Falange esta tarde.
Es una vergüenza y una falta muy grave a la sensibilidad y creencias de miles de vecinos y vecinas de esta ciudad que rechazan de pleno el Fascismo. pic.twitter.com/HpSqMMVO9u
— Pedro Santisteve (@PedroSantisteve) 19 de noviembre de 2018
Las críticas y la indignación generada ante el hecho de que la Patrona de España luciera la bandera con el yugo y las flechas, justo un día antes de este 20-N, aniversario de la muerte de Franco, obligó a que el Cabildo lo retirara y pidiera perdón.
El Cabildo Metropolitano de Zaragoza se apresuró en subsanar lo que calificó como «un error sin ningún tipo de intencionalidad política» y en el que «no hubo malicia».
Fuentes del Cabildo manifestaron que «ha sido un error lamentable” y que probablemente la decisión la tomó la persona encargada del ropero y que en ningún caso se había dado autorización para que la Virgen luciera ese manto. Tampoco había permiso por parte del Arzobispado. El Cabildo lo reconoce y «pide disculpas a la sociedad aragonesa y española».
La Virgen del Pilar posee una extraordinaria colección de mantos que los fieles han ido tejiendo a lo largo de la historia en torno a esta entrañable devoción de Nuestra Señora.
Los orígenes de la costumbre de exornar y enriquecer con mantos el conjunto de la Imagen y la Columna no son muy concretos, pero a lo largo de la historia se ha ido dejando constancia de ello.
Lo cierto es que apoyándonos en los documentos que se conservan en el Pilar, la Virgen ya en 1504 se vestía con manto, y en 1577 se tenían catalogados 72 mantos de Nuestra Señora.
Los mantos son prendas no muy grandes en forma de trapecio circular de 40 cm. el arco superior y 140 cm. el inferior, y una altura de 80 cm. No dejan de ser ofrendas nacidas del amor y la devoción a la Santísima Virgen María, cuyo valor trasciende lo puramente material, encerrando en sí mismos una historia o un sentimiento que motiva al donante a realizar su ofrenda.
En la actualidad la Santísima Virgen del Pilar posee más de 450 mantos y cada uno es prueba fidelísima del amor y la veneración que sus hijos profesan a la Virgen María.