¿Qué tiene más interés: La maja vestida o la desnuda? El Museo del Prado responde…

‘La Maja Vestida’ de Goya ha recorrido un total de 47.185 kilómetros alrededor del mundo con los préstamos que realiza el Museo del Prado para exposiciones temporales, casi 20.000 más que los viajados por su compañera ‘La maja desnuda’, que ha tenido menor presencia internacional.

Ambos lienzos han ido casi siempre de la mano, pese a que el más antiguo es el desnudo, algo más grande que su hermana pequeña y pintado entre 1795 y 1800. Fue en 1901 cuando ingresaron en el Museo del Prado y, desde los años 90, no han parado de viajar para atender citas internacionales en pinacotecas como el Hermitage o la National Gallery de Washington.

Sin embargo, aunque en muchas exposiciones han sido presentadas juntas, la vestida ha recorrido mayores distancias y la desnuda ha sido cedida en más ocasiones, tal y como recoge una recopilación de curiosidades sobre el museo elaborada por el Prado por la celebración de su bicentenario.

La diferencia la marca una exposición de Goya en Tokio entre 2011 y 2012, a la que acudió la vestida pero no la desnuda. Para esa muestra temporal fueron movilizadas más de 70 obras del Museo del Prado de Madrid.

El pudor no está detrás de los kilómetros de más de la desnuda, pues ambas pinturas fueron reclamadas por el Tribunal de la Inquisición en 1814 al considerarlas «pinturas obscenas», de forma que estuvieron en un depósito hasta que fueron trasladadas a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 13 de abril de 1836.

NORMA PARA PRESTAR A VELÁZQUEZ

Entre esas curiosidades están ciertos aspectos de la idiosincrasia del Prado, como la “norma general” que impide prestar más de siete cuadros de Velázquez al mismo tiempo, algo que sólo se aplicaría al sevillano.

Además, el Prado ha precisado que su cuadro más pequeño tan sólo mide once centímetros de largo por ocho y medio de ancho, un retrato del académico de honor de San Fernando Carlos Ortiz de Taranco.

Por el contrario, el más grande -‘La visión del Coloseo. El último mártir’, de José Benlliure y Gil- tiene más de 35 metros cuadrados y tiene como protagonista a San Almáquio, mártir cristiano del siglo IV.