Uno va al supermercado con la “sana” intención de llenar la nevera con productos sanos y equilibrados. Compramos jamón de pavo, zumo de naranja, huevos de gallinas en libertad, carne picada para hacer unas albóndigas y, de postre, un yogur 0% grasas. Y así una larga lista de buenas intenciones.
Pero si te da por leer la composición de cada producto se te puede quedar cara de tonto, y un sentimiento de estar siendo engañado. Te avisamos una serie de productos que no son lo que parecen:
8Margarina
Empleamos margarina en vez de mantequilla porque pensamos que es más sano, nos engañamos. La mantequilla es un lácteo, mientras que la margarina se fabrica a partir de una combinación de distintos tipos de ácido graso, la mayoría de ellos refinados y en algunos casos trans.
Aunque es probable que pienses que la mantequilla contiene una cantidad excesiva de grasas saturadas y que, por tanto, resulta perjudicial para la salud, lo cierto es que la margarina es peor. El riesgo de desarrollar trastornos cardiovasculares es mayor si se consume margarina de forma habitual que si se come mantequilla (Gillman et al., 1997).