Agoney Hernández empezó con seis años a tocar la trompeta en la banda de su pueblo natal y a los 14 cantaba con un karaoke en su casa. Cuando su familia le oyó interpretar el “I Will Always Love You”, de Whitney Houston, le apuntaron a una escuela de canto. Trabajo, no rendirse y más trabajo, sus claves.
Cumpliendo un sueño, envuelto en una gira…
Está siendo todo muy rápido. Una locura. Estoy cumpliendo, eso sí, un sueño muy bonito. Afortunadamente, he tenido tiempo de estar en casa y respirar. Cuando haces las cosas sin respirar, parece que, cuando termina, no lo has vivido. Me da tiempo a disfrutar todo lo que hago desde que salí de la Academia de ‘OT’.
La fama también ha crecido rápido. ¿Es agobiante?
Los fans no son agobiantes, porque lo que hacen lo hacen por pasión. La situación es agobiante cuando hay agresividad de por medio. Cuando alguien alguna vez me ha agarrado muy fuerte y he tenido que pedirle por favor que me suelte, siento angustia. No soy propiedad de nadie. Por todo lo demás, la gente es muy amable y respetuosa. Nos conocen.
Ser uno mismo es tu lema. ¿Cuál es tu mensaje?
La libertad por bandera. No siempre he sido libre. De hecho, hasta hace muy poco no lo era. Es una mierda. Sin embargo, un día te levantas y alguien te mira a la cara y te dice: “Eres mi referente y lo que haces me sirve y me ayuda día a día”. Es en ese momento cuando te replanteas todo. Cuando yo canto quiero decirles a todas esas personas que me hundieron y me mantuvieron en un pozo oculto lo que se siento ahora mientras vuelo libre de miedos, prejuicios e inseguridades. Este es mi mensaje. Buscaré que siempre esté presente en todo lo que yo cante. Si no lo está, no lo cantaré.
Has llegado a la gente, que es importantísimo.
Me pone los pelos de punta. Sacar una canción y que la gente la interprete como yo la siento es muy bonito. Sinceramente, pensaba que el mensaje iba a pasar más desapercibido. Ha calado y eso me gusta. Para bien y para mal.
¿Para mal?
Hay gente que no le gusta ver a Agoney bailando. Me han acusado incluso de plagio a Miss Cafeína y a otro artista. El segundo no sé ni quien es, fíjate. Pido disculpas al autor públicamente si se ha sentido ofendido, pero es imposible que copie a alguien que no conozco. A día de hoy, crear algo nuevo que no se parezca en nada a lo que ya existe es prácticamente imposible. Estamos en 2018. Yo no he inventado nada. A día de hoy se sacan a veces temas “novedosos” que, en realidad, están basados en ramas artísticas de los 80’. Yo no conocía el “Bow”. Lo había visto mucho en Madonna, pero no conocía la intrahistoria de este baile. Grabar el videoclip de ‘Quizás’ con este baile me ha gustado mucho, porque lo he podido conocer desde dentro. Tampoco soy el primer hombre que se pone maquillaje. Lo hago porque me da la gana.
¿Por qué ‘Quizás’?
‘Quizás’ aparece porque seguí mi instinto. Fue el consejo que recibí. Además, la discográfica y yo teníamos la misma idea. Soy una persona muy expresiva, cuando algo no me gusta, se me nota, sobre todo al cantar.
Musicamelmente (o no), ¿quiénes son tus referentes?
A nivel vocal, admiro a las grandes divas. Desde Aretha Franklin hasta Mónica Naranjo. Por otro lado, a nivel musical, estoy enamorado de ‘Queen’ y de ‘Muse’. Busco aprender de ambos campos.
Agoney es…
Un sinvergüenza (risas). Hace lo que le da la gana.
Después de OT, te fuiste a casa.
Afortunadamente, sí. Lo necesitaba. Me dio muchas fuerzas volver, para sobreponerme a todo lo malo y seguir. En muchos momentos incluso odié ser conocido, que siempre ha sido mi sueño musical. Necesitaba estar solo y superar los problemas por mí mismo y a mi ritmo. Lo conseguí. En cosa de tres meses ha cambiado todo y no es fácil gestionar todos los cambios repentinos que llegan. Hay gente que nos comprende.
Si tuvieras que lanzar un mensaje a las personas que lean
esta entrevista… ¿cuál sería?
Mandaría un mensaje de amor. Soy feliz y eso es lo que me importa. Que cada uno lo interprete como quiera.