A veces hay juegos que sin mucho ruido cambian el paradigma de los videojuegos y una de estas sagas es Dark Souls. Dark Souls: Remastered de From Software y publicado por Bandai Namco llega a Nintendo Switch para demostrar que la híbrida de la Gran N también puede tener una versión del juego de las muertes infinitas.
Cuando se saca una remasterización de un juego, normalmente se pueden hacer de dos formas: La primera es aglutinando todo el contenido de pago en el juego y haciendo mejoras notables que hace del juego nuevo algo diferente, que es lo que están haciendo muchos de los juegos de las anteriores generaciones que están saliendo ahora o como hizo Dark Souls II: Scholar of the First Sin, com cambios en algunos jefes y ubicación diferente de otros enemigos respecto al juego original además de todos los DLCs.
La otra forma es lo que ha hecho este Dark Souls: Remastered, llegar tal cual apareció con algun cambio menor y con una actualización gráfica muy notable. En base es el juego de 2011 con gráficos de 2018 y en este caso está justificado ya que Dark Souls es un juego icónico que cambió la manera de ver los videojuegos y creo un nuevo paradigma. Un juego icónico que merece una remasterización tal cual llegó.
Dark Souls bebía de la primera semilla que plantó From Software que fue Demon’s Souls. En Dark Souls se nos pone en la piel de un semi-muerto que deberá entender el destino de los no-muertos en el reino de Lordran. Para ello había que ir de hoguera en hoguera, que son los puntos de guardado repitiendo infinidad de veces el mismo recorrido para conseguir almas y mejorar las habilidades de nuestro personaje y conseguir nuevas armas y armaduras. Todo ello con una dificultad altísima que llevaba a la frustración del que jugaba.
Aunque ciertamente era frustrante, una vez conseguías coger el hábito de juego, era una delicia el juego, eliminar a dragones y a cientos de enemigos. Dark Souls es un juego en el que sabes que vas a morir millones de veces y esa es la salsa de este juego.
En Dark Souls: Remastered tiene intacta la jugabilidad del juego original con sus cosas buenas y sus cosas malas y solo cambia alguna hoguera nueva como por ejemplo cerca del herrero, que era un lugar harto complicado de llegar de una sola pieza cada vez que querías hablar con este personaje.
En cuanto al juego Online tiene una gran mejora y es que con los servidores dedicados se nota la velocidad de invocación mayor. En cuanto al cooperativo se agradece que hayan implementado el sistema de contraseñas de otros juegos de la franquicia en el que con una palabra que ambos jugadores sepan, pueden jugar en el mismo mundo con una dificultad adecuada para ambos aunque haya mucha diferencia de niveles.
También se ha implementado el DLC que incluye el juego con partidas de tres contra tres.
En cuanto a los gráficos, se nota los 1080p en modo dock pero las imágenes van a 30fps y en ciertos puntos hay cortes bruscos. Se nota la menor potencia de Nintendo Switch con respecto a la remasterización del juego en otras consolas más fuertes, pero aún así, se puede jugar sin mayor problema. En el modo portátil la resolución se reduce a 720p a 30fps constantes y con una fluidez de maravilla.
Por otra parte hay problemas con el sonido que no suena todo lo bien que se espera, pero confiamos en que con un parche pueden solucionar tanto los tirones bruscos en gráficos en modo dock como este fallo del sonido
En conclusión, a pesar de que Dark Souls: Remastered no incluye demasiadas novedades, es un juego que ya sea por primera vez o para coleccionistas o para jugar en modo portátil en cualquier lugar, se justifica su compra. Mantiene toda la tensión y dificultad de la anterior versión y con un precio más que ajustado. Ya seas un jugador recién llegado o uno experimentado en la Saga, Dark Souls es una compra a realizar porque este juego es ya un icono en el mundo de los videojuegos y es una suerte que ahora esté disponible para Nintendo Switch