La ciudad se recupera este jueves de los efectos de las intensas precipitaciones de la jornada anterior, en un día de limpieza y de valoración de los desperfectos provocados por la tercera tormenta en menos de cuatro días.
A pesar de no ser la más intensa, la de ayer fue la más contundente, al llegar a acumularse 22 litros por metro cuadrado en tan solo 20 minutos.
Los equipos de emergencias, bomberos y Policía Local acudieron a un total de 40 actuaciones en diferentes localizaciones durante la jornada de ayer y siguen en activo por la alerta para esta tarde.
Del mismo modo, las lluvias provocaron desperfectos en algunas calles que quedaron anegadas por las cuantiosas precipitaciones, debido a que el alcantarillado no pudo soportar la intensidad.
En especial, las zonas bajas del casco antiguo que los vecinos describían como «auténticos ríos», o vías como Serra Martiñá, Concepción Arenal o Progreso.
En la primera, el agua llegó a subir por encima de las ruedas de los vehículos desde los aparcados a los que se encontraban en conducción dejando paralizados a conductores en el interior. De los restos en esa calle ya solo queda el barro en varios de los vehículos que continúan estacionados.
Pero no han sido las únicas. En la calle Colón, en pleno Casco Viejo, los vecinos todavía continúan achicando agua a esperas de la alerta por tormenta para esta tarde.
En la sede de Podemos, situada en esa calle, aseguraban que «pasa lo de siempre» porque el alcantarillado «no está acondicionado para estas situaciones». Afirman que «tienen miedo» de que vuelva a pasar, «el Casco Viejo se convierte en un río con cada una de las tormentas», sentencian y apostillan que ya han hecho reclamaciones al Ayuntamiento.
«Los que tenemos propiedades o establecimientos en esta zona, ¿que tenemos que hacer? ¿estar pendientes cada vez que hay una tormenta, estemos donde estemos, de saber que desperfectos hay en esta zona? no debería haber ninguno», han censurado.
En la esta misma línea se han manifestado desde una de las jugueterías de la zona, Bufarda, de la misma calle.
El propietario de la tienda ha asegurado que fueron los propios vecinos los que tuvieron que movilizar unas vallas para «evitar que los coches bajasen a tal velocidad que provocaban olas».
De «las olas» aún quedan restos en varios de los establecimientos de la zona como la tienda infantil Xeitos o uno de los locales de tatuajes que prosiguen en las labores de limpieza.
CENTROS ESCOLARES
A pesar de que el casco histórico ha sido la zona más afectada, esta última tormenta también han tenido repercusiones en varios centros escolares.
En el IES Ferro Couselo hubo filtraciones en el gimnasio que no han llegado a afectar a la actividad lectiva, al igual que en el IES Portovello y en el Otero Pedrayo. Menos suerte ha tenido el Manuel Sueiro donde la jornada de fuertes lluvias ha provocado un problema de inundaciones en varias de las aulas que obligaron a suspender la actividad lectiva.
Hasta estos centros se ha desplazado la unidad técnica de la Conselleria de Cultura, Educación e Universidade para conocer sobre el terreno al alcance de los daños ocasionados y ha subrayado que ya se está trabajando desde la «coordinación absoluta con el Ayuntamiento» para ofrecer equipos de bombeo.
Asimismo, han manifestado que se «están revisando todas las zonas» para que las alertas de tormenta que siguen activas «no causen más daños».
CHUO
En el Complexo Hospitalario de Ourense, las goteras se hicieron visibles entre el Hospital Materno Infantil y el Edificio de Cristal.
Desde el área sanitaria aseguran que se debe a que esa zona está justo debajo de una terraza en la que «los sumideros no pudieron con toda la cantidad que cayó en tan pocos minutos, porque no es la normal» y, al igual que en otras zonas, provocaron las filtraciones.
No obstante, ha hubo que lamentar daños más allá de «el cambio de un par de plafones» y no han interferido en la actividad habitual al tratarse de una zona de paso.