Córdoba celebra el inicio de la cosecha del Pedro Ximénez, pero Asaja advierte que será «muy reducida»

La temporada de vendimia en la región de Montilla-Moriles ha dado inicio, y como cada año, los viticultores de la zona enfrentan el desafío de cosechar sus preciados frutos. Este año, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) Córdoba ha informado del comienzo de la recolección de la variedad autóctona Pedro Ximénez, cuya producción se prevé ser muy limitada debido a la sequía que ha azotado la región durante esta campaña.

La sequía ha sido un factor determinante en la evolución de esta cosecha, igualando los niveles de producción registrados el año pasado, considerada como la más corta de la historia. Sin embargo, a pesar de esta adversidad climática, el presidente de la Sectorial de Viña de ASAJA Córdoba, Juan Manuel Centella, destaca que la calidad del fruto es fantástica, ya que las plantaciones han logrado evitar las consecuencias de graves plagas.

LA RECOLECCIÓN DE LAS VARIEDADES BLANCAS Y TINTAS

Paralelamente a la vendimia de la variedad Pedro Ximénez, la recolección de las variedades blancas tempranas, como la Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel y Verdejo, ha concluido satisfactoriamente. Estos primeros mostos serán utilizados en la elaboración de los vinos jóvenes de la región. Asimismo, la variedad tinta también ha finalizado su proceso de recolección.

En cuanto a la producción general esperada, ASAJA Córdoba estima que se situará alrededor de los 27 o 27,5 millones de kilos de uva, una cifra ligeramente superior a la del año anterior, cuando se alcanzaron los 26 millones de kilos.

Respecto a los precios, si bien aún no se tienen estimaciones definitivas, Centella indica que en las cooperativas los precios están siendo buenos, lo que hace prever que las bodegas igualen o incluso mejoren las cotizaciones.

LA IMPORTANCIA DE LA VARIEDAD PEDRO XIMÉNEZ

La variedad Pedro Ximénez es uno de los pilares fundamentales de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, reconocida a nivel mundial por la calidad excepcional de sus vinos dulces. Esta uva autóctona, de gran tradición en la región, es valorada por su alto contenido en azúcares y su marcado carácter aromático, lo que la convierte en un ingrediente clave para la elaboración de los vinos de Montilla-Moriles.

La sequía registrada durante esta campaña ha supuesto un duro golpe para los viticultores de la zona, quienes se han visto obligados a lidiar con una producción muy mermada de esta preciada variedad. Sin embargo, gracias a los esfuerzos y el compromiso de los profesionales del sector, la calidad del fruto se ha preservado, lo que augura vinos excepcionales en la próxima añada.

En este contexto, la labor de ASAJA Córdoba resulta fundamental, ya que la organización agraria se encarga de representar y defender los intereses de los viticultores de la región, velando por la sostenibilidad y el desarrollo de este sector estratégico para la economía local.