El Santuario de Lourdes mantendrá los mosaicos de Rupnik pero sin iluminar

El Santuario de Lourdes, un lugar icónico de peregrinación y fe, se encuentra actualmente en el ojo del huracán debido a la controvertida presencia de los mosaicos creados por el artista y sacerdote esloveno, Marko Rupnik. Acusado de abusar de decenas de mujeres adultas, Rupnik ha sido procesado por la justicia del Vaticano, generando una profunda crisis en torno a la exhibición de su obra en este sagrado recinto.

El obispo de Lourdes, Jean-Marc Micas, se ha pronunciado sobre este delicado asunto, expresando su convicción personal de que «sería preferible retirar estos mosaicos». Sin embargo, ha decidido no tomar esta medida de forma inmediata, consciente de las pasiones y la violencia que el tema ha suscitado entre los fieles y las víctimas.

La Encrucijada del Santuario de Lourdes

El obispo de Lourdes se ha enfrentado a una difícil decisión. Por un lado, su convicción personal es que los mosaicos de Rupnik «impiden que Lourdes llegue a todas las personas a las que va dirigido el mensaje del santuario». Por otro, reconoce que la opinión pública está muy dividida y polarizada en torno a este asunto.

En un intento por encontrar una solución, Micas ha puesto en marcha una comisión de expertos, que incluye a víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, tanto francesas como extranjeras. Sin embargo, año y medio después, las posturas siguen siendo muy divergentes, sin que se haya alcanzado un consenso claro.

El obispo ha enfatizado que su papel es velar por que el Santuario acoja a todos, especialmente a los que sufren, incluidas las víctimas de abusos y agresiones sexuales, tanto niños como adultos. Considera que la gracia especial de este santuario es poder dar consuelo y reparación a quienes han sido heridos, y que nada debe impedirles responder al mensaje de Nuestra Señora de venir aquí en peregrinación.

Un Primer Paso y la Búsqueda de un Camino a Seguir

Ante esta encrucijada, el obispo Micas ha decidido dar un primer paso, anunciando que los mosaicos dejarán de ser iluminados «como hasta ahora» durante la procesión mariana que reúne a los peregrinos cada tarde. Esta medida, si bien ha sido bien recibida por las víctimas de Rupnik, es considerada solo un inicio, ya que los mosaicos seguirán siendo visibles durante el día, «alimentando el desconcierto de los fieles y el dolor de las víctimas».

Las víctimas han expresado su disposición para reunirse con el obispo Micas y así «avanzar juntos por un camino de discernimiento que pueda conducir realmente al alivio y al consuelo». Reconocen que esta es una situación compleja que requiere de un diálogo abierto y constructivo, en el que todas las partes involucradas puedan encontrar una solución que honre el mensaje de perdón y sanación que el Santuario de Lourdes encarna.

El caso de los mosaicos de Rupnik en el Santuario de Lourdes es un reflejo de los desafíos que enfrenta la Iglesia en su camino de reparación y reconciliación con las víctimas de abusos. El obispo Micas y la comunidad de fieles se enfrentan a una difícil encrucijada, en la que deben equilibrar la preservación del arte, la atención a los heridos y la búsqueda de una solución que permita que Lourdes siga siendo un lugar de sanación y esperanza para todos.