Neumólogo alerta de que el calor intensifica la contaminación del aire

Durante los meses de verano, el calor intenso es una realidad a la que nos enfrentamos. Sin embargo, este aumento de las temperaturas no solo conlleva desafíos en términos de comodidad, sino que también puede tener importantes repercusiones en la salud pública, especialmente en lo que respecta a las enfermedades respiratorias.

El Dr. Luis Manuel Entrenas, jefe del servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, ha alertado sobre los efectos perjudiciales que la contaminación del aire puede tener en las personas con enfermedades respiratorias. Durante el verano, cuando las temperaturas se elevan, se produce un aumento en la formación de ozono troposférico, un contaminante que puede entrar en los pulmones y agravar patologías preexistentes como el asma, la bronquitis crónica y el enfisema.

La Relación entre el Calor y la Contaminación del Aire

El aumento de la contaminación del aire durante el verano se debe a varios factores climáticos que se intensifican con el ascenso de las temperaturas. Por un lado, la radiación solar más intensa provoca una mayor formación de ozono troposférico. Además, las condiciones meteorológicas más estables, con menos precipitaciones, conllevan una acumulación de contaminantes a ras de suelo, que es donde respiramos.

Asimismo, el cambio climático ha provocado veranos cada vez más largos y calurosos, lo que agrava aún más estos factores. «Las olas de calor pueden empeorar más la calidad del aire al incrementar la demanda de energía para el uso del aire acondicionado», ha explicado el Dr. Entrenas.

Recomendaciones para Pacientes Respiratorios

Ante esta situación, el especialista ha ofrecido una serie de recomendaciones para que los pacientes con enfermedades respiratorias puedan minimizar los efectos adversos del calor y la contaminación del aire durante el verano.

En primer lugar, mantener una buena hidratación es fundamental, especialmente para las personas mayores, que suelen perder la sensación de sed y no beben lo suficiente. Además, el uso de mascarillas puede ayudar a reducir la inhalación de partículas dañinas.

Por otro lado, evitar las actividades al aire libre durante los días de alta contaminación, especialmente en la franja horaria de 7:00 a 11:00 horas, cuando los niveles de contaminación son más elevados. En su lugar, se recomienda realizar ejercicio en espacios con vegetación, que actúa como filtro natural de los contaminantes.

Finalmente, el doctor Entrenas ha recalcado que los pacientes crónicos deben mantener su medicación a mano y consultar con su médico para ajustar cualquier tratamiento en función de los síntomas y las condiciones ambientales. Estas medidas pueden mejorar la calidad de vida de estos pacientes durante el verano y permitirles disfrutar de los meses estivales.

En conclusión, el calor intenso del verano no solo afecta a nuestra comodidad, sino que también puede tener un impacto significativo en la salud de las personas, especialmente en aquellas con enfermedades respiratorias. Estar informados y seguir las recomendaciones adecuadas es clave para minimizar los efectos adversos y poder disfrutar de esta época del año.