Un día estamos tranquilas en el hogar y nos asomamos al espejo para hacer cualquier gesto gracioso que se nos ocurra. Al detallar el rostro observamos que hemos sido egoístas con nosotras mismas porque nuestra piel tiene mucha grasa, no posee el tono vivo de antes y está repleta de puntitos negros. Pensamos que el paso del tiempo está llevándose la juventud, pero el angelito malo, nos remarca que hay dejadez en nuestra acciones.
Al hablar con las amigas que siempre están observando cada detalle de nosotras. Nos aconsejan que esa piel avejentada revive con exfoliantes caseros con base en aceite de oliva y hasta ahí queda la conversación, porque estamos tan apenadas con lo que observaron en nuestra cara que no se nos ocurrió preguntar qué lleva el exfoliante casero.
Tranquila, tu angustia terminará porque agrupamos las más importantes:
1Aceite de oliva con sal
Esta receta de belleza te aporta lo que siempre estuviste buscando y, lo mejor de todo, es sumamente barata. Comprendo que eres un poquito codo con el dinero, pero ya no importa. Al exfoliar la piel con esta receta lograrás el objetivo principal de drenar los ganglios linfáticos que eliminan las toxinas al aumentar el flujo sanguíneo de la superficie de la piel.
Seguro en tus experiencias está el haberte dirigido a la farmacia más cercana para encontrar el exfoliante ideal, pero tuviste que agarrarte un ojo porque casi los pierdes por los precios tan alto.
El aceite de oliva tiene atioxidantes como los fenoles y vitamina E que ayudan a reducir la hinchazón de la piel y la sal elimina las células muerta. Lo que realmente importa es que el resultado final es una piel sana, suave y sedosa.
Vas a necesitar 1/4 de taza de sal y 1/2 de taza aceite de oliva. Ambos ingredientes los vas a unir hasta formar una pasta un poco espesa. Te lo vas a aplicar después de haberte duchado.